Asofondos aboga por la libertad de elección y que los aportes de los colombianos sean capitalizados. El presidente Petro defiende su reforma y dice que el modelo actual fracasó.
El presidente Gustavo Petro (izq.) al cierre del Congreso Asofondos junto a Marcela Giraldo, CEO de Colfondos (centro) y Santiago Montenegro, presidente de Asofondos (derecha). FOTO CORTESÍA
Mientras el presidente Gustavo Petro cierra el Congreso Asofondos 2023, sentado a su izquierda aparece un atento Santiago Montenegro –líder del gremio– dispuesto a debatir y transmitir sus inquietudes frente a cada frase que va esbozando el Jefe de Estado sobre el sistema pensional.
Como pocas veces, o casi ninguna, al presidente le rebaten al momento varios argumentos. “¿Qué variable están midiendo?”, se escucha preguntar de fondo a un incrédulo Montenegro, al Petro asegurar que el ahorro se triplicó en Colpensiones de 2010 a 2021 y en los fondos privados ni siquiera se duplicó.
En otra escena similar, Petro cuestiona que el ahorro en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) termina convirtiéndose en un gasto cuando un colombiano se pasa a Colpensiones y genera un problema mayúsculo, y de fondo Montenegro reprocha que es “por los subsidios” que entrega, los cuales estimulan el cambio de régimen y son inequitativos porque benefician más a quienes más ganan.
Libertad de elección
Esta suerte de “tira y afloje” refleja lo candente que estará el debate de la reforma pensional y, de hecho, el presidente de Asofondos aprovechó el cara a cara para manifestarle a Petro los siete ajustes que el gremio –que agrupa a Porvenir, Protección, Colfondos y Skandia– considera que deben hacerse al proyecto.
En primer lugar, sugiere que el pilar semicontributivo –que otorgará una renta vitalicia a quienes no se pudieron pensionar pero tienen semanas ahorradas en Colpensiones o una AFP– opere desde la actual edad de jubilación para mujeres (57) y hombres (62) y no después de los 65 años como está propuesto, por considerarlo discriminatorio.
Ahora, en el pilar contributivo –en el que todos cotizaríamos a Colpensiones sobre un monto de hasta 3 salarios mínimos– pide que los recursos sean capitalizados y se puedan administrar por entes públicos y privados. Vale recordar que, a hoy, la pensional haría que cerca del 90% de los trabajadores aporte exclusivamente a Colpensiones.
El tercer lineamiento es que los subsidios se entreguen solo a pensiones producto de cotizaciones sobre umbrales de uno o dos salarios mínimos (dependiendo de lo que el Presupuesto General de la Nación permita) y únicamente en el momento de la jubilación.
Igualmente, que los colombianos tengan derecho a elegir en dónde quieren hacer sus aportes y el ahorro sea individual como en el modelo de las AFP, y eliminar la propuesta de que quienes ganan más de cuatro salarios mínimos contribuyan hasta 2% adicional al Fondo de Solidaridad Pensional.
Las dos últimas ideas apuntan a que si hay competencia por administrar los recursos pensionales entre entidades públicas y privadas, todas tengan las mismas reglas de juego, y mantener la modalidad de pensión de retiro programado.
Cambio sí, pero...
Las peticiones del gremio reflejan la distancia de posturas con el Gobierno. Mientras uno ve que se debe replicar y fortalecer el modelo de ahorro individual con más jugadores públicos y privados, el otro piensa que el camino a seguir es fortalecer el sistema de reparto que administra Colpensiones.
De hecho, lo único en lo que ambos coinciden es en ampliar el pilar solidario (es decir, la cobertura del actual programa Colombia Mayor) a 2,5 millones de personas, con una renta de $223 mil; que Colpensiones y las AFP dejen de competir (por lo menos bajo reglas distintas); y en la necesidad misma de tener que hacer una reforma pensional.
Entre las bases para defender su proyecto, Petro criticó nuevamente la Ley 100, que a su juicio no cumplió con el propósito de ampliar la cobertura pensional. Según él, si quisiera acabar el modelo de las AFP simplemente no haría la reforma pensional, pues el sistema actual es insostenible.
“Le pasamos $11 billones a Colpensiones para que pague los pensionados que eran del sector privado (...) el Presupuesto General paga el 34% de pensiones”, indicó. “Yo no veo la sociedad como unos átomos independientes, luchando entre sí, sino articulada, no puede haber individualidad sin sociedad”, agregó en referencia a su propuesta.
Precisamente ahí viene el otro gran debate: el manejo que el Gobierno les dará a los recursos de los más de 18 millones de personas que pasarían a Colpensiones.
Incluso en la renta que se le entregará a los adultos mayores más vulnerables, que como se mencionó es de los aspectos de mayor consenso entre las AFP y el Ejecutivo, hay puntos de vista distintos sobre la fuente para financiarla.
“Hacemos un llamado para que estos subsidios no se financien con los recursos de las cotizaciones pensionales de los trabajadores”, dijo Marcela Giraldo, CEO de Colfondos. Para el sector de las AFP la plata debe venir del Presupuesto Nacional sí o sí.
Es que aunque la idea está contemplada por el Gobierno, la reforma también prevé que estos subsidios se financien con el aumento de las cotizaciones de quienes ganan más de cuatro salarios mínimos, y de ahí que se genere esa fricción con los fondos.
Desconfianza
Pero en definitiva, el gran reparo está relacionado con la incertidumbre de lo que hará el Gobierno con la plata, más allá de hechos que se han mencionado en las últimas semanas, como el envejecimiento de la población, que hará que cada vez haya más personas pensionándose y menos jóvenes haciendo aportes.
Tanto presidentes de los fondos, académicos e inversionistas piensan que el Ejecutivo debe ahorrar la plata de las cotizaciones que llegue fruto de la reforma y no empezar a cogerla de caja menor, que fue el gran fallo de países como Argentina.
Las dudas también tienen nombre propio, en tanto el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán –de quien Petro pidió la pérdida de investidura como senador, en 1998, por “gestionar irregularmente contratos”–, no genera confianza entre inversionistas y las AFP, como pudo constatar este medio en el Congreso Asofondos.
A la espera de que se debata en las próximas semanas o se anuncie su aplazamiento, tres presidentes de fondos de pensiones dieron su visión a EL COLOMBIANO sobre la reforma pensional. Además, se tuvieron en cuenta declaraciones públicas del líder de Colpensiones, quien no respondió preguntas sobre el proyecto porque el Mintrabajo es el “vocero autorizado”.
“Esta reforma disminuye la cobertura”
Miguel Largacha, presidente de Porvenir, plantea que la reforma pensional baja la cobertura porque hoy a los colombianos les queda más fácil tener una pensión en un fondo privado (lo cual tomaría 23 años), que en Colpensiones (26 años), y más teniendo en cuenta que una persona en el país cotiza 12 años, en promedio.
En segunda medida, apunta, el proyecto guarda poca relación con la reforma laboral, que en palabras de la propia ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, no generaría más empleo sino mejoría las condiciones a los trabajadores actuales. Con base en cifras de Fedesarrollo, Largacha argumenta que esta reforma sigue muy enfocada en el trabajador formal y, como subiría los costos un 18% a las mipymes –que generan 97% de los empleos–, se destruiría el mercado laboral y habría menos cotizaciones a pensión.
“El corte no debería superar un salario mínimo”
Juan David Correa, presidente de Protección, dice que la prioridad debe ser un sistema contributivo, de tal manera que todos ahorren y los subsidios estén enfocados en las personas que en verdad los necesiten. No obstante, “si hay una insistencia para tener un sistema multipilares, el corte no debería ser superior a un salario mínimo”, pues sería “lo más optimo para que el subsidio sea más focalizado y el déficit fiscal sea menos alto”.
Es decir, cree que el plan A debería ser que todos ahorren como se hace en el modelo de los fondos y se respete la libertad de elegir, pero si el Gobierno insiste en su plan debería bajar el límite sobre el que todos cotizarán a Colpensiones de 3 a 1 salario mínimo. Para él, tal como está la reforma no aumenta la cobertura y además hay que pensar en las necesidades de los jóvenes, las mujeres y el futuro del mercado de capitales.
“Se deben revisar todos los subsidios”
Marcela Giraldo, CEO de Colfondos, hace un fuerte énfasis en los subsidios, que a su juicio deben focalizarse mejor para tener un manejo adecuado de las cuentas fiscales. Recuerda que incluso una persona con pensión de salario mínimo tiene un subsidio de cerca de la mitad del capital que costará su mesada hasta su fallecimiento, y en la medida que los salarios son más altos y las cotizaciones se hacen sobre el tope, en algunos casos estos llegan a ser de más de $1.000 millones.
En ese sentido, agrega, si Colombia quiere un pilar solidario para garantizar recursos a adultos mayores vulnerables habrá que ver de dónde se quitan y dónde se ponen los recursos. “Creemos que se deben revisar los subsidios en todos los niveles de ingresos”, dice la líder de Colfondos, quien añade que el país tiene que apostar por perfeccionar el sistema de capitalización.
“Hay que seguir robusteciendo a Colpensiones”
Jaime Dussán, presidente de Colpensiones, ha asegurado que la entidad se está preparando desde ya para su rol en el nuevo sistema pensional, de aprobarse la reforma. “Seremos protagonistas en el nuevo Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, lo que implica continuar robusteciendo la entidad, para que sea cada día una institución más moderna, más eficiente, y sobre todo más humana”.
Según él, “Colpensiones debe verse como un paraíso para todos: los jóvenes que inician su vida laboral, quienes tienen un camino recorrido de aportes, los que están cerca de pensionarse, los prepensionados, los ahorradores voluntarios y los beneficiarios de ingresos permanentes”. Actualmente, la entidad cuenta más de 10 millones de personas –entre afiliados, pensionados o vinculados al programa BEPS–, y si se aprueba el proyecto recibiría más de 18 millones.
*Por invitación de Asofondos
Comments