El año 2023 ha dejado su huella implacable en la industria de la arcilla en el país, marcando una caída drástica del 60% en comparación con años anteriores. La desaceleración económica, la inflación elevada y las altas tasas de interés han generado un panorama desafiante para diversos sectores empresariales, y la industria de la arcilla no ha sido la excepción.
En los últimos meses del año, sin embargo, se observa una reactivación en el sector, impulsada por la demanda estacional. La coyuntura actual, aunque aún compleja, ha motivado un resurgimiento que ofrece un atisbo de esperanza para la Asociación de Industriales de la Arcilla, conocida como Induarcilla.
La presidenta de Induarcilla, Johanna Navarro, señaló que la pandemia de COVID-19 generó una activación en el sector durante los años 2020 y 2021, experimentando un notable crecimiento en ese periodo. Sin embargo, a partir de 2022, la dinámica de compras a nivel departamental y nacional ha disminuido considerablemente.
Navarro destacó la cruda realidad que enfrentaron en el año anterior, con una disminución del 20% en las ventas. Este declive se acentuó a medida que avanzaba el tiempo, alcanzando una cifra preocupante del 30% para marzo de este año y, finalmente, llegando a una caída del 60% a mitad de año.
La incertidumbre económica, la variabilidad en la dinámica del mercado y las restricciones provocadas por la pandemia han dejado a la industria arcillera en una posición vulnerable. A pesar de ello, la reciente reactivación motivada por la demanda estacional brinda un respiro temporal, permitiendo a Induarcilla vislumbrar un horizonte con oportunidades de recuperación.
En este contexto desafiante, la industria de la arcilla enfrenta el desafío de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y de recuperar la confianza de los consumidores. La resiliencia y la capacidad de innovación se convierten en elementos clave para sobreponerse a la adversidad y sentar las bases de una revitalización sostenible en los meses venideros.
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