A sus 68 años, Piedad Córdoba, senadora de la República por el Pacto Histórico, falleció ayer en Medellín, dejando tras de sí un legado marcado por la controversia y la valentía en la búsqueda de la paz para Colombia.
La noticia de su sorpresivo deceso generó diversas reacciones en el ámbito político, tanto a nivel nacional como internacional. La congresista, quien enfrentó persistentes problemas de salud que la llevaron a una Unidad de Cuidados Intensivos en julio de 2022, había dejado una huella imborrable en la escena política colombiana.
Gustavo Petro, presidente de la República y compañero de partido, fue uno de los primeros en pronunciarse sobre la muerte de Córdoba, calificándola como "una verdadera liberal". Petro destacó la dedicación de la senadora a la construcción de una sociedad más democrática, resaltando su papel en la lucha por la paz en el país.
El mandatario venezolano, Nicolás Maduro, también expresó sus condolencias, recordando a Córdoba como una "guerrera incansable" y una de las mujeres más valientes que había conocido. La relación entre la senadora y el gobierno venezolano se remonta a la época de Hugo Chávez, consolidándose como una aliada importante.
Piedad Córdoba se destacó especialmente en 2007 por su gestión humanitaria en favor de la liberación de secuestrados por la desmovilizada guerrilla de las Farc. Sin embargo, esta valiente acción la colocó en el centro de la controversia, siendo señalada incluso de tener nexos con la organización insurgente.
Su compromiso con la paz y los derechos humanos fue un sello distintivo a lo largo de su carrera política. La senadora fue una figura polémica, pero también una defensora apasionada de sus convicciones. Su legado queda como un recordatorio de los desafíos y las luchas que enfrentan aquellos que se atreven a buscar soluciones para un país marcado por décadas de conflicto.
Piedad Córdoba, una mujer golpeada por su tiempo y su sociedad, deja tras de sí un vacío en la política colombiana, pero también un ejemplo de determinación y valentía para las generaciones futuras. Su partida deja a la nación reflexionando sobre su papel en la construcción de un futuro más justo y pacífico.