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Foto del escritorPrensaFMSantader

¿En qué se diferencian las protestas en Colombia con las de Venezuela?

Durante la primera semana de mayo, Colombia se paralizó por las múltiples manifestaciones que ocurrieron en toda la nación. Miles de personas salieron a las calles para protestar en contra de la reforma tributaria, la cual ya fue retirada por el presidente del país, Iván Duque.


Sin embargo, las protestas y el “paro nacional” persisten porque la población exige, entre otras cosas, la reestructuración del cuerpo policial del país.

La represión y la violencia en las manifestaciones han dejado hasta el momento al menos 24 muertos y 800 heridos, lo que originó comparaciones con las protestas de Venezuela y la severidad de los cuerpos de seguridad.


El internacionalista Félix Arellano explicó en exclusiva para El Diario que al comparar las protestas en ambas naciones, se encuentra que en Colombia existen libertades e instituciones que velan por los derechos de los ciudadanos, diferente al caso de Venezuela.

“En Venezuela el fiscal del Ministerio Público está controlado por el régimen de Nicolás Maduro, las instituciones oficiales que velan por la defensa de los DD HH están controladas por el Ejecutivo y en el caso de las ONG tienen muchas limitaciones y son perseguidas”, enfatizó.




Contexto en el que se desarrollan las protestas

Arellano sostiene que el entorno en el que se desarrollan las protestas en Colombia es complejo, esto debido a que existe una crisis social y económica que tiene raíces históricas.

“Hay un nivel de pobreza importante así como una alta desigualdad económica. A lo largo de los años ha sido una economía que ha crecido, que es competitiva pero que en una medida tiende a ser una burbuja donde hay muchos sectores que no están incluidos”, agregó.

Comentó que la brecha tecnológica afecta a los más vulnerables y existe una exclusión y rechazo de los sectores vulnerables, todo esto potenciado por pandemia de covid-19.

Indicó que la situación de pobreza incrementó y la capacidad económica del Estado colombiano se debilitó, razón por la cual se pensaba ejecutar una reforma tributaria con el fin de incrementar los recursos en manos del gobierno.

No obstante, Arellano puntualizó que los ciudadanos colombianos tienen la ventaja de vivir en una sociedad libre, donde la protesta está permitida y hay instituciones que velan por los derechos de sus ciudadanos. Añadió que hay una participación activa de las organizaciones no gubernamentales.




En el caso de Venezuela, señaló que en el plano económico la situación venezolana es mucho más deprimida y deteriorada.

La destrucción sistemática de la economía, de la industria y del proceso productivo, hace que la situación en el país sea mucho más compleja, difícil y limitante para ejercer la protesta”, precisó.


Además, mencionó que en Venezuela los grupos paramilitares han sido utilizados con mucha frecuencia por el régimen para controlar, limitar las protestas y mitigar los derechos que están previstos en la normativa internacional.

“El tema de la libertad de expresión es un tema muy importante, en Colombia se goza de una plenitud de ese derecho, existen denuncias que los medios de comunicación sí muestran. En el caso de Venezuela no, lo que hace de la protesta algo mucho más delicado”, reiteró.

Diferentes reclamos

El internacionalista Luis Angarita subrayó que la principal diferencia entre las manifestaciones es el origen del reclamo. Detalló que en el caso de Venezuela, las protestas están relacionadas con una pérdida continua de derechos y principios constitucionales que han deteriorado la calidad de la democracia en el país.

“En Colombia, la protesta es legítima frente a una propuesta de gobierno, que quizá no sabe leer las condiciones económicas de la mayoría de la sociedad, y que afecta a los ingresos de la mayoría de las familias”, indicó el especialista para El Diario.

La represión

Arellano sostiene que existe cierta similitud en la represión de ambos países, sin embargo, indicó que en Venezuela ha sido mucho más compleja y más dura porque ha contado con la presencia de “colectivos” (paramilitares) y porque hay una reacción muy desproporcionada.

Explicó que la policía colombiana, que es uno de los puntos de la protestas, es una institución que está bajo las Fuerzas Armadas del Ministerio de Defensa y que no tiene una clara formación en problemas de órdenes sociales. “Está muy diseñada para el tema del enfrentamiento con la guerrilla, entonces no tiene la capacidad y la formación para enfrentar este tipo de situaciones”, señaló.

Angarita coincide en que la sociedad colombiana no ha tenido protestas violentas de carácter masivo en los últimos años, y las fuerzas de seguridad han estado más enfocadas a las amenazas propias de una guerra civil, como la han vivido en los últimos 50 o 60 años.



“En el caso de Venezuela, la represión se ha profesionalizado cada día con equipos más sofisticados y por la propia orientación de confrontación que tiene el gobierno”, indicó.

Agregó que el nivel de represión siempre preocupa cuando terminan con personas lesionadas y con fallecidos.


La reacción de los gobiernos es otra diferencia

Arellano detalló que la reacción del gobierno colombiano es diferente al del régimen venezolano. Aseveró que en Colombia se ha convocado al diálogo y se ha llamado a modificar parte de los temas que dieron origen a la protesta, además, se ordenó retirar la reforma tributaria y ejecutó la renuncia del ministro de Hacienda.

“En el caso de Venezuela, ha sido tradicionalmente un régimen sordo ante cualquier planteamiento, ante la crítica reacciona de una forma virulenta, discriminatoria, y descalificadora. El constante término de “traidor a la patria” a todo el que emite una opinión distinta”, enfatizó.

Añadió que no hay una garantía en la libertad de expresión, ni hay medios de comunicación con la suficiente libertad para poder presentar críticas.

Angarita puntualiza que en Venezuela el ciclo de diálogo político se ha roto desde hace mucho tiempo, y se han roto los espacios para dialogar entre diferencias políticas y conseguir consensos.

Perspectivas para Colombia

“Las proyecciones para Colombia no son sencillas. El presidente Duque tiene una debilidad institucional, tiene dificultades con el partido al que pertenece y en el Congreso. Ahora tiene una población que está cuestionando duramente su labor de gobierno y su modelo económico”, comenta Arellano.

A su parecer, el tema electoral está detrás de todo el proceso de protestas. Explicó que los sectores radicales están incrementando las manifestaciones para crear un ambiente de desasosiego e inestabilidad, y que seguramente tienen respaldo internacional.

A pesar de eso, indicó que no se puede considerar que ese apoyo sea la causa fundamental del problema, aunque puede que contribuya y lo incremente, hay condiciones internas previas de pobreza, desigualdad económica y de pandemia.

“Todos los partidos políticos colombianos democráticos tienen un reto enorme: deben cooperar y trabajar con el presidente porque puede estar en juego el futuro de la democracia colombiana”, subrayó.

Por su parte, Angarita aseveró que lo que sorprende es que las protestas se realizan en la parte final del periodo presidencial de Duque, lo que comenzará a formar parte de los debates políticos de las próximas campañas electorales, en donde el partido de gobierno obtiene resultados cada vez más desfavorables.

Reiteró que en democracia eso debería dar paso a la alternancia de partidos políticos, sin embargo, preocupa que los momentos de crisis sean una oportunidad para que “populistas con talante autoritario se acerquen al poder”.



//Repost El Diario

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