Varios avances tecnológicos han permitido que la pandemia sea un poco más llevadera que las anteriores vividas en el mundo. Siguiendo esta línea, una empresa sueca creó una novedosa manera de portar el carnet de vacunación sin miedo a perderlo u olvidarlo en casa.
Se trata de un microchip creado por la empresa de tecnología Epicenter, que se puede implantar en la piel y escanearse para ver toda la información sobre la inmunización contra el COVID-19 de la persona que lo porte, informó EuroNews.
Hannes Sjoblad, un ‘bodyhacker’ de esa misma empresa ya lo lleva puesto. “Con este chip me convierto en alguien accesible para quien necesite leerme. Por ejemplo, si voy a un centro comercial o al cine, la gente podrá comprobar mi estado de inmunización sin tener que llevar mi celular”, comentó al mismo medio.
El chip puede ser implantado y extraído cuando el usuario quiera hacerlo, pues es del tamaño de un grano de arroz, por lo que el proceso no es engorroso.
La empresa también aseguró que la información presente en este se podrá visualizar a través de un lector NFC, artefacto que ya incluyen algunos de los smartphones más novedosos del mercado.
Al nuevo dispositivo le falta la aprobación de las autoridades sanitarias suecas para que este sea introducido al mercado y, de lanzarlo oficialmente, su uso sería netamente voluntario.
¿La tecnología de implantación de chips bajo la piel llegó con la pandemia?
Varios años atrás de la aparición del COVID-19 en el mundo ya se habían diseñado chips subcutáneos.
Por ejemplo, la empresa Three Square Market, conocida como 32M, empezó a ofrecer a sus empleados implantes de microchips gratuitos en 2017. Esto les permitía acceder a habitaciones cerradas con llave, poder pagar alimentos y bebidas, entre otras funcionalidades, informó Fox Business.
El director ejecutivo de 32M, Todd Westby, le dijo a ese mismo medio que, con el paso del tiempo, la tecnología de este tipo se estandarizará y permitirá a las personas tomar el transporte público, llevar su pasaporte, identificación, licencia de conducir, y hasta hacer grandes compras con solo un contacto con la piel.
Fuente: Pulzo